En distintos posts sobre este tema producidos a lo largo del blog, hemos venido analizando aspectos relacionados con la razón de ser y las características diferenciales de las empresas que, desde su concepción, nacen con una perspectiva de desarrollo internacional, colocando nuestro punto de vista en sus particulares circunstancias y sus actitudes habituales, efectuando algunas consideraciones para concluir las causas que han ido dando lugar al desarrollo de este fenómeno con tan clara y veloz tendencia de crecimiento.
Nos interesa, hoy, entrar en aspectos más sutiles que – sin incidir en análisis académicos ilógicos dentro de los límites de este blog – nos ayuden a entender cuál debe ser el modus operandi de quienes se encuentran en la tesitura de iniciar la apasionante aventura de la Internacionalización dentro de un contexto de un proyecto que encaje en lo que consideramos empresas Born Global.
Lo primero que encontramos con nuestros análisis es que las características sui géneris de este tipo de empresas hacen prácticamente imposible que puedan seguir las pautas que venían marcando las teorías tradicionales hasta el momento de su aparición, como ya mencionábamos en nuestra primera entrega: el modelo gradualista de Uppsala (Johanson y Valne, 1977) – que conforma un proceso muy dilatado en el tiempo basado en la adquisición de experiencia y el desarrollo en el mercado objetivo mediante pasos sucesivos a medida que la empresa va acumulando conocimiento – es, simplemente, inaplicable para muchas de ellas que, como hemos visto, se internacionalizan con gran celeridad en un corto espacio de tiempo.
Al mismo tiempo, en cuanto a metodologías se refiere, la experiencia nos indica que los modelos tradicionales de internacionalización en muchos casos resultan poco útiles. Especialmente cuando se refiere a proyectos dentro de sectores que se desenvuelven en entornos en los que la situación es constantemente cambiante, con un futuro prácticamente imposible de predecir. Un ejemplo evidente lo constituyen las Empresas de Base Tecnológica o Start-ups – que, sin lugar a dudas, acaparan el grueso de las que conforman el fenómeno Born Global – cuyo sector está en una evolución continua y muy veloz, a la vanguardia de la realidad en que nos encontramos inmersos en esta Era Digital.
Y, en tales circunstancias, y como consecuencia de ellas, han ido apareciendo nuevas teorías basadas en conceptos y modelos que, al contrario de las tradicionales, selectivas, se basan en la aplicación de una lógica expansiva, mediante la cual una alternativa inicial adoptada en función de las posibilidades, determinadas por los recursos disponibles por el emprendedor y su empresa, puede derivar en múltiples caminos. Así, Sarasvathy (2001), Anderson (2000), Ardichvili et al. (2003) o Dew(2008), entre otros, van conformando una escuela en la que la Realización – Effectuation – tiene un encaje mucho más adecuado que la Cusalidad – Causation – a la hora de entender la dinámica internacional de las empresas Born Global y, por extensión, de muchas Pymes que actualmente se inician en su expansión exterior.
Para comprender mejor a qué nos referimos, podemos resumir que los modelos tradicionales, basados en la causalidad, comienzan con un análisis de la empresa y su entorno internacional; a continuación se contrastan diversos mercados y se elige alguno de ellos mediante diferentes evaluaciones y se implementan determinadas estrategias de marketing y acceso para los mercados seleccionados, volcando todas las conclusiones en un Plan con unos objetivos determinados. Se trata, por tanto, de un modelo racional cuya aplicación es válida mientras el entorno en el que se ha de desenvolver la actividad sea estable.
Por el contrario, con los modelos de Realización – Effectuation – no se persigue un objetivo concreto. Podríamos sintetizar que giran, fundamentalmente, en torno a las personas emprendedoras que toman las decisiones para hacer funcionar la empresa y su proyecto. El proceso se inicia con el análisis de las características de esos emprendedores y su empresa: quiénes/cómo son – (rasgos, gustos y habilidades); qué saben hacer; a quiénes conocen. O, trasladado a la empresa, cuáles son sus recursos físicos, humanos y organizativos, y con qué network cuentan. A partir de ahí, tales recursos – limitados – se aplicarán en el mercado dentro de los segmentos en que tengan utilidad y ventajas competitivas, a través de las redes de contactos con quienes se cuente, observando, aprovechando y cambiando los objetivos iniciales en función de la percepción del conjunto adaptándose a las evoluciones que vaya experimentando el mercado. Podíamos sintetizar que el modelo funciona con una lógica creativa y proactiva que resultaría de aplicación efectiva, por parte de líderes capaces, en entornos de características cambiantes y situaciones impredecibles.
Como puede fácilmente deducirse, este segundo modelo – Effectuation – se adapta extraordinariamente bien a muchas de las Pymes que inician su andadura en el mundo exterior y, muy especialmente, a las Born Global que, para alcanzar el éxito, están instintivamente aplicándolo con resultados espectaculares.
Sobre tan interesante teoría y sus aplicaciones prácticas mediante no menos innovadores movimientos de desarrollo estratégico, “Lean entry strategies”, empiezan a aparecer sanas inquietudes reflejadas en excelentes iniciativas en el campo de la formación – MasterUp de la UCA es un vivo ejemplo de ello – y de la investigación…..
De todo ello iremos hablando en nuestros próximos posts
Pedro Lalanda
plalanda_II.