El Brexit y la internacionalización de las pymes españolas en el Reino Unido

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Hablar es en estos momentos de lo que el Brexit puede finalmente presuponer a escala global en las distintas economías resulta casi superfluo: se trataría de un ejercicio de análisis exhaustivo que, al tiempo, estaría exento del mínimo de rigor indispensable si  asumimos que  nos encontramos inmersos en una situación inédita que no nos permite establecer comparación alguna.

Sí se han producido, no obstante, hechos y consecuencias incontrovertibles cuya realidad es patente y cuyas consecuencias conviene valorar, aun cuando estén sujetas a adaptación en función de los acontecimientos que van a ir produciéndose con mayor o menor velocidad. Igualmente, teniendo en cuenta que nuestro interés personal se concentra en la  Internacionalización de nuestras Pymes y Microempresas, vamos a tratar de despejar algunas variables que, sin duda, constituyen para cuantas tienen relaciones con el Reino Unido motivo de preocupación en estos momentos en que el huracán del Brexit se encuentra en pleno apogeo…Y, en tal sentido, al margen de continuar en el próximo futuro observando y comentando los movimientos que vayan produciéndose, conviene que todos tengamos  claros algunos aspectos fundamentales.

Vayamos para ello a un rápido análisis de los aspectos que nos parecen fundamentales, partiendo de la asunción de que el mercado único europeo es mucho más que una zona de libre comercio: también incluye el movimiento libre de personas y capitales, además del de bienes. Desde esa perspectiva, entremos en materia:

  1. TIEMPOS

El Artículo 50 del Tratado de Lisboa de 2007, marco institucional vigente que podemos considerar la Carta Magna de la Unión Europea, regula los procedimientos de salida de los miembros, estipulando un período mínimo de 2 años, desde el momento de la petición de cualquiera de ellos para su salida – exit – que aún no ha tenido lugar por parte del Reino Unido como en su caso es preceptivo. Ese plazo es potencialmente extensible por el resto de los miembros en función de las negociaciones que tengan lugar para establecer los acuerdos necesarios que conformen el estatus posterior de relaciones de todo tipo entre ambas partes.

Si consideramos la importancia del Reino Unido dentro de la UE hasta el momento– que les ha venido situando como tercera potencia económica en el ranking europeo –  es de prever que esas negociaciones se aquilaten y alarguen. Mientras tanto, el estatus actual continuará vigente,  con los mismos derechos y obligaciones para cuantos ciudadanos y empresas del resto de Europa están vinculados por alguna razón al Reino Unido: hay tiempo suficiente, por tanto, para llevar a cabo cuantas adaptaciones sean necesarias.

  1. SITUACIÓN LEGAL. ALTERNATIVAS DE FUTURO

La discusión de acuerdos que necesariamente han de alcanzarse dentro de los periodos que marca el Artículo citado será ardua, pero tenemos la convicción de que existe un interés común en conseguir las fórmulas regulatorias adecuadas para que ambas partes queden satisfechas. Y si bien es cierto que nadie puede anticipar su contenido, no lo es menos que se adaptará finalmente a las leyes naturales de la lógica y el sentido común.

Así, después de reflexionar al respecto partiremos de tres premisas que, según la lógica, deberían  enmarcar las discusiones de los negociadores:

  • Que el Brexit implica la separación legal voluntaria de la Unión por parte del Reino Unido convirtiéndolo, per se, en país tercero, a los efectos correspondientes,
  • Que el Reino Unido es una potencia económica de importancia capital mutua para el sostenimiento mutuo y la continuidad de las economías globales de ambas partes, y
  • Que el deterioro económico consecuente para ambas es – ya lo está siendo – muy serio, lo que las obliga a establecer fórmulas que lo minimicen.

Son bastantes las posibilidades de acuerdo que, a priori,  caben dentro de tal panorama.  En la investigación/análisis que venimos realizando al respecto, contrastada con las tesis de expertos de gran prestigio, hemos contemplado siete, pero a los efectos de este breve análisis, entendemos que, una vez que el Reino Unido se encuentre oficialmente fuera de la Unión, su estatus más viable para ambas, sería uno de los siguientes:

  • Que, sin ser miembro, se adhiera al Espacio Económico Europeo, del mismo modo que forman parte Noruega, Islandia y Liechtenstein, con las consideraciones especiales y particulares  correspondientes,
  • Que adopte un modelo de relación con la Unión Europea similar al de Suiza; es decir, basado en acuerdos bilaterales incluyendo, entre ellos, la asunción de las normas comunitarias en materia de mercado interior, o
  • Que negocie un acuerdo de asociación (como Ucrania o Chile) o de libre comercio, (como EEUU o Colombia) excluyendo del mismo la libre circulación de trabajadores.

Es ahora imposible prever cual será el resultado de tales negociaciones que, dadas las circunstancias, es probable que se alarguen más allá de los dos años mínimos que exige el Art. 50 citado. Pero tenemos la convicción de que la fórmula legal se encontrará en un entorno que facilite al máximo las relaciones entre ambas partes.

  1. CIRCULACION DE MERCANCIAS

El mercado único es el gran pilar de la Unión Europea y, en el centro de su filosofía está el libre mercado, sin tasas ni aranceles comerciales. Veamos, en el capítulo de mercancías, las consecuencias del Brexit para nuestro país, comenzando con algunos datos:

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Y, en Abril, (últimos datos recogidos), en porcentaje

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Como podemos observar en las tablas, el Reino Unido se encuentra entre nuestros 5 principales clientes de bienes y nuestros 6 principales proveedores. Su salida de la UE tendrá dos consecuencias inmediatas: la necesidad de los bienes de pasar Aduanas, con la repercusión en lentitud de los envíos y el potencial pago de Aranceles que, en su caso pudieran establecerse. La primera de esas barreras es inevitable, como país tercero fuera de la UE y estará sujeta a los acuerdos bilaterales que – en el área legal – enunciábamos, aunque se traduzca exclusivamente en aumento tedioso de la burocracia y pérdidas de efectividad logística correspondiente. La segunda – aranceles –  en nuestro personal criterio debería ser de escasa importancia: teniendo en cuenta las dependencias mutuas, y a la vista de las posiciones respectivas proveedor/cliente actuales,  a ninguna de las partes interesaría establecer cargas que hicieran aún más penosa la situación. El sentido común nos inclina a pensar que las cargas adicionales arancelarias, en términos generales, podrían ser nulas tras las negociaciones y acuerdos que tengan lugar al respecto….

  1. CIRCULACION DE PERSONAS

Los británicos votaron, en 1977, a favor de integrarse en la Unión, pero cuando se estableció el Acuerdo de Schengen, en 1985, para la creación de un espacio en que desaparecieran las fronteras para el paso de mercancías y personas decidieron mantenerse al margen. Ello no sería óbice para impedir el ejercicio de la libre circulación y residencia de personas nacionales de cualquier país de la Unión en el Reino Unido. La Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril  confirma que cualquier ciudadano de la Unión puede circular, residir o trabajar libremente en el Reino Unido y si se produjera una desconexión total del Reino Unido con la Unión Europea, esos derechos quedarían restringidos en ambos lados.

Españoles en el exterior

En este análisis de urgencia, dentro del ámbito empresarial y laboral, la cuestión que ahora nos interesa es simple: ¿Qué repercusiones tendrá el brexit,  para los trabajadores españoles en el Reino Unido en sus derechos laborales y de la Seguridad Social?. Es imposible dar una respuesta ahora porque, como en caso de las mercancías, todo dependerá del estatus legal final que se configure tras las negociaciones.  Y, si nos ceñimos a los tres posibles esquemas citados al principio, a los efectos de situación laboral y seguridad social, cabrían tres posibilidades:

  • Que el Reino Unido, una vez fuera de la Unión, se adhiera al Espacio Económico Europeo, continuando en el ámbito laboral, e tal caso, como ahora. Igualmente, por cuanto se refiere a la Seguridad Social, se seguirían aplicando tal como ahora los Reglamentos Comunitarios 883/04 y 987/09 que coordinan los Sistemas europeos de Seguridad Social.
  • Que se encuadraran en el segundo formato – modelo de Suiza – dando lugar a un esquema idéntico al del apartado anterior, continuando todo igual tras el establecimiento de los acuerdos correspondientes.
  • Que ejercitaran la opción de la salida total, incluyendo acuerdos de asociación o de libre comercio, quedado consecuentemente restringida la libre circulación de trabajadores, exigiéndose los visados y permisos correspondientes para cuantos quisieran trabajar en el Reino Unido, debiendo regirse por las normas al respecto que marca el Derecho Laboral británico. Igualmente, dejarían de ser aplicables los acuerdos comunitarios actuales sobre Seguridad Social.

Es este último caso el que podría dificultar el ejercicio de la actividad laboral de extranjeros siendo entonces conveniente la búsqueda alguna fórmula adicional que permitiera no perder las cotizaciones aportadas por el trabajador en el Reino Unido durante su vida laboral.

Todos los expertos consultados, nos muestran su opinión de que si esa fuera la conclusión, existen grandes probabilidades de que las partes negociarían para tratar de alcanzar acuerdos bilaterales globales o individuales que permitieran el libre ejercicio laboral y las coberturas de Seguridad Social que garantizaran la continuidad de los trabajadores activos.

  1. CIRCULACION DE CAPITALES

El Tratado de Maastrich (1993) prevé la prohibición de todas las restricciones a los movimientos de capitales y los pagos, tanto entre Estados miembros como entre Estados miembros y terceros países.

Hemos contrastado la opinión de distintos expertos en la materia que coinciden en señalar que las consecuencias inmediatas del Brexit al respecto van a  provocar un terremoto  en el corazón financiero de Europa, que se concentra en una “City” con una superficie de 2,6 kilómetros cuadrados de Londres, con menos de 10.000 habitantes pero más de 400.000 puestos de trabajo, en buena parte extranjeros, donde a diario se efectúan transacciones financieras por valor de 1,600 millones de Euros, lo que representa la tercera parte del total de dinero que se mueve en el mundo. Un centro que goza de una autonomía administrativa que gestionan las propias empresas. Un lugar en el que se ubican las filiales de los Bancos más importantes del mundo, como “hub” internacional perfecto para operar en el resto de la UE: el centro financiero legendario en el corazón de Londres….

Y los efectos de la salida de la UE empezaron a sentirse inmediatamente, tras conocerse los resultados del referéndum: la caída en picado de la Bolsa y de la Libra y la toma de posiciones de los Bancos están resultando fulminantes, con una profundidad y extensión que no es posible ahora determinar, pero que los análisis efectuados al respecto evalúan en torno a pérdidas para el Reino Unido del orden de €130.000 Millones (PwC y otros).  Una situación que hace presumir un serio deterioro que, de acuerdo con la casi totalidad de los criterios de expertos contrastados, conduce a concluir la probabilidad de que el Centro Financiero Europeo se traslade a otros puntos de la UE: Frankfurt, Amsterdam o París están en las quinielas de los expertos, dependiendo del resultado los acuerdos que hayan de negociarse.

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Es un hecho que el Brexit dará lugar a pérdida de los “derechos de pasaporte”- basta la domiciliación y autorización de un país miembro de la UE a un banco para que este pueda operar en todo el territorio de la Unión Europea – que resultan clave para la banca mundial asentada en la City al aprovechar la libertad de operar sus servicios en el espacio de los 28 miembros actuales de la Unión. Algo que con Brexit desparece y contribuye, obviamente, a plantearse el traslado a lugares más convenientes para ellos, dentro de la UE.

Todo ello, espectacular, no debe, sin embargo asustarnos. Hay otros aspectos que, desde el lado de la internacionalización de nuestras empresas, nos interesarían más: el mercado del Euro y los Seguros. La City es el centro neurálgico europeo del Forex – (Foreing Exchange, el mercado de divisas) – que gestiona y canaliza compensaciones y pagos en Euros con todo el mundo marcando permanentemente los cambios de divisas vigentes entre todas ellas, beneficiándose del acceso al mercado único. Y aunque esas transacciones sean fundamentalmente de carácter financiero, hay un porcentaje de ellas que se aplica en operaciones de comercio internacional, cuyo cometido fuera la causa real de su origen.

Con todo ello, por cuanto los propósitos de este artículo se refiere, la repercusión del brexit en la circulación de capitales para nuestras empresas con intereses en el Reino Unido no afectaría a la libertad de circulación actual. Sus consecuencias se concentrarían, fundamentalmente, en tres aspectos relativos al FOREX:

  • Probable devaluación de la Libra con respecto al Euro
  • Probable devaluación del Euro con respecto al US Dólar
  • Volatilidad de ambas divisas , Libra y Euro durante un periodo de momento indefinido

Lo que aconsejaría a nuestras empresas afectadas la adopción de mecanismos de cobertura de los riesgos correspondientes y  a la utilización de herramientas adecuadas: seguros de cambio y Fintech, entre otras. Pero tales medidas no son excepcionales: deberían constituir una práctica habitual de sus operaciones internacionales.

CONCLUSIONES

Estas consideraciones de urgencia solamente constituyen una llamada de atención y un rápido análisis práctico de los puntos básicos que suscita la salida del Reino Unido de la UE para las “avanzadillas” de empresas y personas que se encuentran actualmente activas en aquel país.

Independientemente de los acontecimientos que puedan sobrevenir en el próximo futuro, que nos obligan a una vigilancia permanente, y a la vista de cuanto antecede, quisiéramos enviar un mensaje de tranquilidad a cuantas pymes y microempresas – protagonistas todos ellos de nuestros análisis – se encuentran vinculadas al Reino Unido de un modo u otro en sus procesos de internacionalización.  Mensaje, asimismo, extensible a los emprendedores y trabajadores que están ejerciendo sus actividades y profesiones allí..

Todos ellos cuentan con tiempo suficiente para adaptarse a las circunstancias en la medida en que se vayan formalizando los acuerdos bilaterales correspondientes, considerando que la naturaleza de las relaciones y dependencias mutuas obligan, en buena lógica, al entendimiento de ambas partes.

En todo caso, desde nuestro punto de vista personal, y dentro del campo de la Internacionalización, todo apunta a que los efectos serán fundamentalmente de carácter técnico, aunque, sin duda, haya que asimilar y evaluar los costes y desventajas – y, en algunos casos, incluso potenciales ventajas – que cada empresa y proyecto habrá de afrontar en función de sus características particulares.

Destierro de temores, visión abierta y adaptación consecuente son, en nuestra opinión, las tres actitudes que están obligados a tomar nuestros magníficos pequeños empresarios internacionales como consecuencia del Brexit…Pero esas tres actitudes deberían ser para ellos normales en su esfuerzo habitual de expansión internacional.

Continuaremos emitiendo nuestro punto de vista a  medida que vayan sucediéndose los acontecimientos.

@plalanda_II

A propósito de la Innovación de Pymes y Microempresas

foto-home-diez-frenosDesde nuestra posición de asesor, siempre vinculada a la Internacionalización empresarial y tras haber librado mil batallas en este proceloso mercado global en que nos encontramos, venimos concentrando los últimos 15 años de nuestro personal esfuerzo en el análisis y la investigación de los acontecimientos de todo tipo que se producen a nuestro alrededor en el mundo, con el interés y la visión puestos en los agentes más débiles – pero más importantes – del concierto económico internacional: las pymes y microempresas cuya participación en el tejido económico de cualquier país alcanza proporciones ingentes de una dimensión,  alcance y potencial que no son, desgraciadamente, debidamente valorados ni reconocidos por los distintos agentes económicos que los conocen y evitan difundir.

En nuestro caso concreto,  de acuerdo con los últimos datos emitidos por el Instituto Nacional de Estadística, relativos a Enero de 2015, la proporción del número de empresas con menos de 250 empleados y cifra de ventas inferior a €50 Millones, (límites definitorios de las Pyme, en el que habría que incluir las microempresas),  alcanzaba la nada despreciable cifra del 99,9% de la totalidad, con una contribución al volumen de empleo del 66%, según datos del INE, y una aportación del 65% al PIB nacional, según EUROSTAT….

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La incidencia y repercusión de las TICs en el desarrollo del hecho económico está obligando a cambiar drásticamente teorías, esquemas y conceptos, otrora avanzados, pero hoy irrevesiblemente obsoletos. Estamos viviendo una revolución – más que evolución –que nos previene de la aparición de múltiples fenómenos cuya generación nos lleva a la conclusión básica, a los efectos de este artículo, de la globalización definitiva de la Economía que afecta a todos los países del planeta, sin excepción alguna. Algo que venimos sintetizado como el advenimiento de la Era Digital en la que no nos cansamos de repetir que nos encontramos irreversiblemente inmersos. Una situación, como vamos viendo en nuestros artículos, que exige la necesidad de que los proyectos sean concebidos globalmente,  de acuerdo con esas teorías sobre las “Conceived Global” que personalmente venimos propugnando.

Estas realidades, per se, están demandando un interés extraordinario de cuantos contribuyen y participan en el desarrollo económico de nuestro país. Pero hay algunas especiales circunstancias sobre las que, en nuestro criterio, el grado de interés debe ser prioritario. No tenemos más que detenernos unos instantes en el análisis algo más profundo de lo que está sucediendo en el resto del mundo, en su conjunto, para darnos cuenta de algo tan importante como presupone el cambio del paradigma económico que se está produciendo desde finales del siglo pasado. Una evolución de un calibre insospechado en las formas, modos y costumbres de la operativa empresarial que va desplazando el protagonismo del horizonte económico  que tiende a ser detentado por la persona por encima del proyecto empresarial en sí.

Tal peculiaridad – que constituye la base  de la que parten diversas Teorías avanzadas de emprendimiento, entre las que cabe exponer las de Sara Sarasvathy, (2001), con una concepción de proceso basada en la lógica “Effectuation”,  las “Lean Startups” de Steve Blank y Eric Ries, o formas y conceptos de trabajo innovadores  para el fomento y creación de empresas , como las denominadas “Co-working”, ideada por Brouni en el año 1999 y puesta en marcha por Brad Neuberg en 2005. Todo ello, de muy creciente  y extendida aplicación en los ecosistemas de Emprendimiento,   se refleja y complementa con la aparición de fenómenos notabilísimos, como el de las empresas que nacen globales (Born Global) o el de las Micromultinacionales que están aumentando de manera exponencial , contribuyendo de manera radical al cambio global del paradigma económico que antes mencionábamos.

Dentro de él, son los individuos, con el capital único de su talento, quienes están haciendo que sus proyectos –  devenidos en Microempresas y utilizando las herramientas que proporcionan las TICs, así como aplicando conceptos como la excelencia y la colaboración en sus operaciones –  estén  transformando el panorama de la actividad económica  de forma drástica y acelerada, tal como se viene anunciando de manera oficial e insistente desde The Lisbon Council de 2011, en el que se concluía que los Autónomos y  Startups usuarias de nuevas tecnologías estaban comenzando a convertirse en la fuerza motriz del crecimiento, la creación de los puestos de trabajo y la Innovación…

La asunción de esas realidades, es vital si no queremos quedar en la cuneta marginal del progreso. Y para conseguirlo es preciso que todos – Administraciones, Universidad, Grandes Empresas y Entidades Financieras, además de expertos y consultores –  nos pongamos en la tarea seria para no perder el tren.  Comenzando, todos, por algo tan sencillo como el reconocimiento de la situación mencionada y la necesidad consecuente de apoyar a fondo la Innovación en todos los niveles.

Según los últimos informes desde distintas fuentes, la situación de la innovación en nuestras pymes no resulta muy halagüeña.  Sin embargo, contamos con materia prima excelente. Hace unos días se publicaba una noticia que lo demuestra:   catorce pymes españolas han sido seleccionadas por la Comisión Europea por su alto nivel de innovación para la consecución de financiación de proyectos dentro del Programa Horizonte 2020. Tras España, seguía  Alemania, con ocho, y, posteriormente,  Francia, Finlandia e Italia.

Estamos a tiempo, pero el tren pasa a gran velocidad. Es preciso y urgente prepararnos para tomarlo…dando facilidades de acceso, por todos los medios, a la Innovación a cuantos empiezan 

@plalanda_II

Publicado, hoy, como artículo inicial del Grupo «Pata Negra», de Facebook, en el que me honro en participar.

Fotografia de Google con Licencia Creative Commons

¿Startup o Pyme?: algunas consideraciones sobre su internacionalización y concepto.

Entrepreneurship_ccDesde los inicios del siglo XXI, y como consecuencia de la revolución digital en que nos encontramos, ha venido produciéndose un cambio en los conceptos y modelos de desarrollo socioeconómicos como no se conocía en toda la historia de la Humanidad. El perfeccionamiento constante de las TIC, conformando una curva de crecimiento exponencial in crescendo vertiginoso a partir de los últimos 15 años, nos obliga a una readaptación permanente de nuestros conocimientos, conceptos y consideraciones, que nos mantiene inmersos en una carrera regular para no perder la perspectiva. Particularmente, en el ámbito empresarial,  donde la Innovación en todos sus frentes constituye un ejercicio indispensable para que la actividad que desarrollamos no deje de tener utilidad so pena de desaparecer.

Y, como ha sucedido repetidamente en el transcurso de los tiempos, ese tipo de cambios trascendentales, que marcan el nacimiento de una nueva Era, se manifiestan con grandes dosis de confusión en las sociedades  en tanto estas llegan a tomar conciencia  de la realidad de las mudanzas y sus inevitables consecuencias.

Dentro de ese contexto en el que ahora vivimos,  en plena traslación a la Era Digital, cuantos en él participamos, conscientemente,  tenemos el deber ético de poner nuestro esfuerzo para evitar el desconcierto y tratar de minimizar sus perniciosas consecuencias. La claridad en los conceptos y la aplicación consecuente de los mismos puede ahorrar enormes frustraciones y optimizar, al tiempo, los resultados de la acción empresarial: la trascendencia de nuestras actuaciones  nos exige una extrema precisión en el uso de nuestras palabras y la explicación de los conceptos.  Especialmente si nuestras exposiciones tienen carácter público, para que la confusión normal del momento no se convierta en un maremágnum de dimensiones incalculables.

A nosotros nos interesa, aquí, cuanto compete a Internacionalización de las Pymes y, ante la persistente utilización de conceptos relativos a las denominadas Startups de manera  un tanto frívola, nos parece conveniente realizar algunas precisiones que dejen claros algunos aspectos para nuestros lectores. Especialmente para cuantos emprendedores inician su camino con las únicas y preciosas armas que poseen: su talento y sus ilusiones. Para ello, comencemos por las definiciones.

En cuanto a las Pymes, de acuerdo con la normativa vigente en la UE, «La categoría de microempresas, pequeñas y medianas empresas (PYME) está constituida por las que ocupan a menos de 250 personas,  cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros o cuyo balance general anual no excede de 43 millones de euros». (Extracto del artículo 2 del anexo de la Recomendación 2003/361/CE).

No existe, sin embargo, una definición oficial de “Startup”  y las  que se utilizan son tan variopintas como sus autores:  “Una empresa emergente que, pese a su juventud y falta de recursos, consigue obtener resultados en el mercado actual y pasar a un siguiente nivel estructural  (¿) al ser impulsada por otros inversores o absorbida por empresas ya consolidadas”, según las Recomendaciones a la R.A.E. de Fundéu BBVA;  “Una organización temporal en búsqueda de un modelo de negocio escalable y replicable”, Steve Blank, «Search versus Execute» (March 5, 2012); “Una institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio, en condiciones de extrema incertidumbre”, Graham Paul, “Startup Equals Growth” (September 2012);   “ Early stage in the life cycle of an enterprise where the entrepreneur moves from the idea stage to securing financing, laying down the basis structure of the business, and initiating operations or trading”, en  BusinessDictionary.com

En resumen: parece claro que el concepto común de “Startup” se aproxima al de una empresa en sus estados iniciales – quizás incluso previos – en los que trata de organizarse y alcanzar una cierta estabilidad operativa que la permita funcionar con regularidad…lo que no la excluye en absoluto de su calidad de Pyme en el momento de constituirse como empresa, de acuerdo con la normativa oficial vigente en la mayoría de los países del mundo,  en términos relativos al número de empleados y cifras de negocio. Sería conveniente, por tanto, añadir algunas características para que, sin dejar de ser una Pyme al constituirse legalmente, quedara encuadrada dentro de un  grupo que las diferencie de las tradicionales. Vayamos a ello.

En nuestro campo de acción – la internacionalización – vemos difícil la diferenciación: para iniciarla, exportando, es preciso estar constituida como empresa, y,  por tanto, registrada como Pyme. Y la vocación global que se atribuye como distintiva de las startups no es ajena a la de muchas Pymes que nacen con espíritu global, independientemente de su actividad. Venimos investigando dese hace años el fenómeno  de las empresas Born Global, sobre el que hemos publicado en este blog varias entradas en las que remarcábamos algunas peculiaridades de ese tipo de empresas, que, ciertamente, parecen ser atribuibles a las Startups (por ejemplo, su uso intensivo de la innovación y las TICs). Pero ello no significa que muchas de nacidas globales no sean Pymes tradicionales que cada vez hacen van haciendo una utilización mayor de herramientas y conceptos avanzados.

Hay otros aspectos que inducen a confusión. La localización y la gestión remota, por ejemplo, que se argumenta como característica particular de las Startups para su globalización, sin detenerse a considerar que tal posibilidad está al alcance de cualquier Microempresa  tradicional. Diseñar unas políticas de marketing digital de alcance internacional  con bajísimos costes comparativos es uno de los argumentos que nosotros tratamos de inculcar a cuantos emprenden la internacionalización de un proyecto empresarial, independientemente de su actividad, tanto si se consideran Startups como si no.

Dentro del mundo de los tópicos ligeros, también vemos que se atribuye a las Startups – como consecuencia de su característica global – la creación de más puestos de empleo que las Pymes tradicionales que, continuando con los tópicos, “ suelen tener un único fundador y crear una media de cuatro puestos de trabajo”, concentrándose en un entorno territorial reducido, con escaso y lento crecimiento, mientras  que las Startups  “son fundadas por equipos en los que los socios tienen habilidades distintas y complementarias” y se expanden por el mundo con mucha mayor facilidad, dando lugar a una cifra mayor de empleo.….Consideraciones que inducen a una gran confusión porque, siempre desde nuestra parcela y experiencia,  las dificultades de internacionalización son similares para unas y otras. Incluso son mucho mayores, en bastantes casos, para las Startups, si su gestión global no ha sido diseñada desde el principio.

En parecidos términos, se vienen expresando públicamente sin el menor rubor multitud de aspectos que convendría sacar a debate por quienes, desde sus conocimientos y experiencia,  podrían contribuir a centrar adecuadamente los conceptos. Modelos de negocio, formas de crecimiento, formas de financiación, alianzas estratégicas, RRHH, uso de redes comerciales, uso de tecnologías avanzadas, I+D, tamaño de las empresas y sus límites, áreas de aplicación, segmentos y ecosistemas, entre muchos otros conceptos, deberían constituir motivo de análisis y preocupación serios.

Aquí, en este pequeño rincón de la Pyme Internacional, quiero hoy resumir que nuestros particulares esfuerzos se concentran en la Innovación de procesos  para la Internacionalización de nuestras queridas empresas, con énfasis en las que comienzan. Con el tratamiento adecuado de acuerdo con sus características particulares de Startup o Pyme tradicional, considerando a ambas incipientes y frágiles por definición . Con la convicción de que las nuevas tecnologías y los medios que la Era Digital pone a su alcance son de necesaria y obligada utilización. Con la certeza de que la cooperación y la especialización global son más sencillas de lo que jamás fueron al disponer de unos medios tecnológicos que permiten barrer cualquier obstáculo hasta hace poco insuperable. Con el trabajo personal y permanente en todos los frentes a nuestro alcance para crear programas de iniciación a la Internacionalización avanzados y adaptados a la realidad  actual en denodada competencia con los que continúan apareciendo ya obsoletos, muy  a nuestro pesar, con el beneplácito – y los fondos  – de Administraciones y Entidades Públicas y privadas que pueden soportarlos…

Todo ello, encaminado al apoyo y el estímulo del ejercicio del talento empresarial de nuestros jóvenes emprendedores, a quienes tratamos de inculcar el uso del sentido común. Comenzando por el principio natural: estamos, ya, en un nivel de desarrollo humano en el que cualquier proyecto empresarial debe – no nacer, sino ser concebido – global. Y todo lo que desde el punto de vista de las expresiones, las palabras y los conceptos se lance con frivolidad y ligereza, sin peso específico alguno, como está sucediendo en el campo de las EBTs con harta frecuencia, no tenemos más opción que rebatirlo. Es nuestro deber.

Nuestros colegas israelíes, que sobre estas disyuntivas tienen tanto que enseñarnos – forman parte de una Startup Nation, como ellos la denominan – saben que la frivolidad es la madre del desastre. Seamos serios, por favor.

Pedro Lalanda II

@plalalanda_II

Fotografía Google con licencia Creative Commons.

Las Administraciones Públicas y la Internacionalización de Pymes

Destacado

Algunas de las actuaciones y manifestaciones de distintos miembros y estamentos de la nueva Administración Central  que están teniendo lugar en los últimos días en el terreno de la Internacionalización empresarial, están provocando interesantes debates y reacciones que denotan el  alto grado de interés de las Pymes en las políticas que vayan a implementar los nuevos administradores y en las repercusiones correspondientes sobre sus actividades en los mercados exteriores.   Los debates se centran en el papel específico que van a desempeñar unas y otras Administraciones en la gestión de impulso y apoyo del Comercio Exterior, actualmente desarrollada por una pléyade de entidades públicas y privadas con una actuación que ha venido representando el paradigma de la ineficacia, como consecuencia de la absoluta discordancia: venimos contemplando con preocupación  cómo cada uno rema en el sentido que cree adecuado, de modo que el barco permanece estancado….Y, en nuestra humilde opinión, es preciso que los navegantes se pongan de acuerdo para remar armónicamente si queremos que la nave inicie la travesía antes de hundirse definitivamente.

Los balbuceos del Gobierno Central  parecen bastante coherentes con lo que proclamaba su partido en el programa electoral: se trataría de aunar esfuerzos y eliminar solapamientos, adelgazando, consecuentemente, el gasto y aplicándolo a utilizaciones más productivas. Racionalidad y eficacia. Y esas primeras manifestaciones y actuaciones que vamos observando en el ámbito del sector exterior  – Sr. García-Margallo sobre Oficinas Exteriores gubernamentales y autonómicas;  fusión de Invest in Spain en el ICEX, y alguna otra – apuntan en ese sentido: los distintos debates  que vienen produciéndose confirman la buena recepción de esos primeros pasos. Igualmente sucede con los nombramientos de primera y segunda línea que van materializándose.  Y, personalmente,  uno quiere tener la convicción de que todo va a ir desarrollándose en ese sentido, aunque se trate de una tarea, sin duda, complicada.

Tendremos tiempo de entrar en profundidad a medida que se produzcan los acontecimientos, aunque hay actitudes que nos producen cierta confusión, como la propia intervención del Ministro de Asuntos Exteriores en los terrenos de Internacionalización de carácter económico-empresarial,  cuya decidida  actuación nos parece excelente, pero desconcertante sin la participación del Ministerio de Economía  o su  Secretaría de Estado de Comercio, o el ICEX quienes, mientras no se ordene en contrario, serían los responsables de esos capítulos.

Y no puedo dejar de mencionar otros aspectos que – sin formar parte de las definiciones de la estructura política de los Ministerios y su funcionalidad, y más allá de la confusión – constituyen motivo de preocupación en estos momentos para muchas Pymes y cuantos apoyamos y promovemos su Internacionalización. Me refiero hoy, en concreto, al Programa PIPE, sin lugar a dudas el de mayor éxito de todos los emprendidos por el ICEX a lo largo de su historia, que ahora se encuentra languideciendo de forma lamentable como consecuencia evidente de la enorme discordancia entre las Administraciones que antes mencionaba:  ha quedado paralizado en algunas Autonomías desde el 31 de Diciembre de 2010 y en otras muchas está funcionando sensiblemente disminuido en su efectividad y algunas facetas – inicio de admisiones en los últimos cuatro meses de 2011, escasez evidente en el número de empresas admitidas, práctica suspensión del programa de seguimiento, entre otras – que, desafortunadamente, están dejando exangüe al Programa, mientras contemplamos otras acciones dentro de la Institución que se van promocionando sin traba con inversiones y apoyos desproporcionados en nuestra humilde opinión: quisiera romper una lanza por el relanzamiento  del PIPE porque he vivido su efectividad y pienso que es sobre ese tipo de Programas donde debería aplicarse la urgencia y la racionalidad, tanto en su revitalización como en su renovación, sin pausa, para el logro de una mayor eficacia para las Pymes.

Mantengamos la esperanza. Hemos de confiar en la gran capacidad demostrada por los Ministros correspondientes en sus ámbitos de actuación anterior. Igualmente demos un voto de confianza al Secretario e Estado, Jaime García-Legaz, magnífico gestor en sus previas actividades  y a la nueva Consejera Delegada del ICEX, Mª del Coriseo González-Izquierdo, gran conocedora de la Institución. Y, sin duda, en los numerosos excelentes profesionales funcionarios y contratados en Administraciones y Cámaras. Hace menos de un mes que el equipo de Gobierno se ha puesto a trabajar: esperemos y observemos.

La Internacionalización y las Ventajas Competitivas

Destacado

Situados ya en la segunda decena del siglo XXI, sumergidos de lleno en la globalización, nos mostramos decididos defensores de la Internacionalización de las Pymes que tienen que encarar una situación real impensable hace relativamente pocos años. Se trata, probablemente, de una cuestión de supervivencia para muchas de ellas y por ello,  considerando que conforman una aplastante mayoría en el conjunto del tejido económico de cada país – el 99,9% en el caso de España, si incluimos microempresas – vamos a ir desgranando en este Blog distintas consideraciones y análisis que permitan aclarar el camino para su eficaz desenvolvimiento en otros mercados.  Creemos que el esfuerzo en esa línea, como impulso de la Internacionalización,  es de imperativo cumplimiento por parte de todos los actores y gestores económicos públicos y privados. Pero hemos de asumir que la consecución del éxito arranca de las capacidades reales de las propias Pymes, sin las cuales, cualquier esfuerzo resultaría inúti: y no todas están en condiciones de emprender la aventura. Veamos.

La exportación, como primer paso natural en la carrera de la Internacionalización de cualquier actividad, constituye una acción de ventas similar a las que llevamos a cabo habitualmente en el mercado doméstico, pero con las dificultades obvias añadidas que se derivan del traspaso de la acción correspondiente fuera de nuestras fronteras y las complicaciones que acarrea tan aparentemente simple circunstancia. Y el sentido común nos hace comprender que la clave del éxito radica en el control de tales dificultades, que sólo será posible mediante la preparación, la planificación y el desarrollo adecuados.  En tal empeño vamos a dirigir nuestros pasos en este Blog.

Sin embargo, antes de comenzar el camino, no tenemos más remedio que concentrarnos en una simple, pero determinante, premisa: la relativa a las Ventajas Competitivas de nuestros productos o servicios.  Tan rotunda e indispensable que sin su existencia es inútil iniciar cualquier emprendimiento, hasta el punto que su ausencia desaconsejaría cualquier actividad –incluso doméstica – o la reconsideración de la misma si es que la empresa ya está presente en el mercado. Hemos visto gran cantidad de fracasos y frustaciones en la Internacionalización que tienen su explicación en algo tan simple como la falta de constatación previa de esas Ventajas, lo que, por otra parte, no encierra demasiadas dificultades, como veremos a continuación.

No se trata de aplicar técnicas específicas y complejas que nos permitan la evaluación de la actividad y su posicionamiento competitivo. A priori, la experiencia nos demuestra que, concentrándonos solamente en la actividad que consideremos más ventajosa – en el caso de ejercer varias – y llevando a cabo un ejercicio  de reflexión sensato y lleno de humildad, será suficiente para empezar a situarnos con simples respuestas. Se trataría de plantearnos cuestiones tales como las siguientes:

¿Contamos con una tecnología diferente? – ¿Son únicos o distintos nuestros productos o servicios? –  ¿Están protegidos mediante patentes? – ¿Tenemos una marca de éxito reconocido? – ¿Goza de prestigio nuestra actividad? – ¿Contamos con una imagen empresarial especial? – ¿Son bajos nuestros costos de producción o servicio? – ¿Es superior nuestra calidad? – ¿Contamos con un equipo humano sobresaliente sobre los de la competencia? – ¿Está por encima de la de nuestros competidores nuestra flexibilidad productiva? – ¿Podemos acceder ventajosamente a la información de los mercados?, y otras similares que nos hagan concluir la diferencia con nuestros competidores.

Eso es todo, en síntesis. Y, si es preciso, habría que añadir análisis de mayor profundidad. Pero normalmente, tras la reflexión, vamos a extraer las debidas conclusiones que nos permitirán comenzar con buen pie e ideas claras el arduo camino que hemos de emprender, a partir de ese momento, hasta lograr la apertura de nuevos mercados si, como es de esperar, hemos conseguido detectar ventajas significativas en alguna de nuestras actividades. Y si no es así, solamente caben dos posibilidades: intentar idear alguna modificación  de nuestra actividad que la haga competitiva en algún aspecto – innovando – o  desistir  razonablemente de considerar la salida a otros mercados. (La experiencia demuestra que la primera de las alternativas es casi siempre realizable y que la imposibilidad de detectar alguna ventaja competitiva es harto improbable si, como se presupone, nuestro producto o servicio se ha estado vendiendo en el mercado doméstico).

A partir de ahí caben análisis más finos  de atracción y posicionamiento. Pero solamente a partir del momento en que tengamos conciencia de nuestras ventajas, estaremos en condiciones de iniciar la aventura exterior con expectativas de éxito. Esperemos que así sea y vayamos descubriendo, gradualmente, como salvar los obstáculos del camino.