El potencial exportador de las Pymes y la elección de los mercados

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Establecida la realidad de la existencia de ventajas competitivas que justifican las posibilidades de éxito en otros mercados, es preciso constatar nuestra potencialidad exportadora antes de comenzar a planificar la acción exterior correspondiente.

Existen, para ello, sencillas herramientas de autodiagnóstico “on line” cuya aplicación puede ayudar a determinar si nos encontramos, o no, en condiciones de salir al exterior con probabilidades de éxito. Son facilitadas en distintos formatos  por Entidades Oficiales, Cámaras de Comercio y otros Organismos similares y, aunque no suplan los análisis que pueden realizar los expertos, están concebidas para que las Pymes puedan alcanzar, per se,  una aproximación de sus aptitudes exportadoras. He aquí algunos ejemplos:

–         Portal PYME (Ministerio de Industria, Energía y Turismo): http://servicios.ipyme.org/autodiagnostico/index.asp

–         ICEX – Portal PIPE (Secretaría de Estado de Comercio) http://www.icex.es/icex/cda/controller/pageICEX/0,6558,5518394_5519162_111530154_0_-1_-1_p5658362,00.html

Obviamente, la participación de un asesor experto o el seguimiento de alguno de los programas especializados – muchos de ellos bastante asequibles para la escasez de recursos inherentes a cualquier Pyme – pueden resultar de indudable apoyo en esta fase de inicio del exportador.

Asumido lo cual, y confirmada, en su caso, la potencialidad de Internacionalización de la empresa, aparece inevitablemente la incertidumbre del mercado al que dirigirse con nuestro producto o servicio con perspectivas favorables de consecución de operaciones. La dimensión del problema va a depender, significativamente, de nuestras ventajas competitivas y de nuestros recursos reales. Y, como ya apuntábamos en nuestro post relativo a esas ventajas competitivas, su resolución – aparentemente complicada – va a lograrse mediante algo tan simple como la utilización del sentido común y la asunción de la realidad de nuestras particulares circunstancias.

Las Pymes son, por definición, entidades empresariales escasas en recursos y la sensatez nos conduce a comprender que solamente la optimización de esas capacidades nos podrá conducir al éxito, a no ser que estemos dejando al albur nuestras acciones, encomendando a la suerte la consecución de los negocios. Es preciso, además, considerar los detalles específicos de nuestro producto servicio, que pueden aconsejar estrategias de concentración o diversificación de mercados en nuestro esfuerzo exportador. Pero, en nuestra experiencia sobre la realidad operativa, esa precariedad de recursos que mencionamos como factor común de las Pymes, aconseja en la mayoría de los casos aplicar una estrategia de concentración en muy pocos mercados para conseguir que la acción funcione adecuadamente con esos reducidos medios.

Nos vamos a encontrar, así, en uno de los momentos clave de éxito – o de fracaso – en nuestro proceso de expansión internacional: nada nos impide comercializar nuestros competitivos productos o servicios en cualquier lugar del mundo, pero nuestros recursos nos obligan a decidir uno o dos mercados en los que nuestras probabilidades de éxito sean notables, para concentrar en ellos todo nuestro esfuerzo. ¿Cómo acertar en la elección?.

Lo aconsejable sería la contratación del servicio de expertos, pero, en su ausencia, será otra vez el sentido común el que salga en nuestro auxilio, añadiendo la utilización de alguna herramienta de búsqueda de información que pueda dar sentido práctico al proceso. La problemática es diferente en cada caso, en función de las características particulares de la empresa, su actividad concreta, sus objetivos, sus tiempos y sus recursos. Pero, en síntesis, se tratará de reflexionar seriamente sobre los requisitos – normalmente de carácter macroeconómico – que debería cumplir el mercado idóneo para la aceptación de nuestra actividad, para continuar  descartando posteriormente, mediante comparación, los mercados que no cumplan esas exigencias.

El acierto en la definición de esos criterios restrictivos es fundamental, y la gestión de búsqueda de información para contrastarlos, también. Por tanto, el tiempo que invirtamos para ello debe considerarse bien empleado. Y, aunque la labor sea aparentemente ardua, no debemos desalentarnos ni tampoco eludirla: es imprescindible para seguir el camino hacia el éxito y contamos con la inestimable herramienta de Internet y de alguna otra prestada con carácter público por Entidades Oficiales – ICEX, Cámaras de Comercio, Oficinas Comerciales Españolas en el exterior, Asociaciones – que nos permitirán, con paciencia y trabajo de investigación, seleccionar esos UNO O DOS mercados que estén inicialmente a nuestro alcance con mayor facilidad.

El tiempo y el esfuerzo invertido en la selección no será verdaderamente compensado cuando llegue el momento de la batalla……

Pedro Lalanda II

Las Administraciones Públicas y la Internacionalización de Pymes

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Algunas de las actuaciones y manifestaciones de distintos miembros y estamentos de la nueva Administración Central  que están teniendo lugar en los últimos días en el terreno de la Internacionalización empresarial, están provocando interesantes debates y reacciones que denotan el  alto grado de interés de las Pymes en las políticas que vayan a implementar los nuevos administradores y en las repercusiones correspondientes sobre sus actividades en los mercados exteriores.   Los debates se centran en el papel específico que van a desempeñar unas y otras Administraciones en la gestión de impulso y apoyo del Comercio Exterior, actualmente desarrollada por una pléyade de entidades públicas y privadas con una actuación que ha venido representando el paradigma de la ineficacia, como consecuencia de la absoluta discordancia: venimos contemplando con preocupación  cómo cada uno rema en el sentido que cree adecuado, de modo que el barco permanece estancado….Y, en nuestra humilde opinión, es preciso que los navegantes se pongan de acuerdo para remar armónicamente si queremos que la nave inicie la travesía antes de hundirse definitivamente.

Los balbuceos del Gobierno Central  parecen bastante coherentes con lo que proclamaba su partido en el programa electoral: se trataría de aunar esfuerzos y eliminar solapamientos, adelgazando, consecuentemente, el gasto y aplicándolo a utilizaciones más productivas. Racionalidad y eficacia. Y esas primeras manifestaciones y actuaciones que vamos observando en el ámbito del sector exterior  – Sr. García-Margallo sobre Oficinas Exteriores gubernamentales y autonómicas;  fusión de Invest in Spain en el ICEX, y alguna otra – apuntan en ese sentido: los distintos debates  que vienen produciéndose confirman la buena recepción de esos primeros pasos. Igualmente sucede con los nombramientos de primera y segunda línea que van materializándose.  Y, personalmente,  uno quiere tener la convicción de que todo va a ir desarrollándose en ese sentido, aunque se trate de una tarea, sin duda, complicada.

Tendremos tiempo de entrar en profundidad a medida que se produzcan los acontecimientos, aunque hay actitudes que nos producen cierta confusión, como la propia intervención del Ministro de Asuntos Exteriores en los terrenos de Internacionalización de carácter económico-empresarial,  cuya decidida  actuación nos parece excelente, pero desconcertante sin la participación del Ministerio de Economía  o su  Secretaría de Estado de Comercio, o el ICEX quienes, mientras no se ordene en contrario, serían los responsables de esos capítulos.

Y no puedo dejar de mencionar otros aspectos que – sin formar parte de las definiciones de la estructura política de los Ministerios y su funcionalidad, y más allá de la confusión – constituyen motivo de preocupación en estos momentos para muchas Pymes y cuantos apoyamos y promovemos su Internacionalización. Me refiero hoy, en concreto, al Programa PIPE, sin lugar a dudas el de mayor éxito de todos los emprendidos por el ICEX a lo largo de su historia, que ahora se encuentra languideciendo de forma lamentable como consecuencia evidente de la enorme discordancia entre las Administraciones que antes mencionaba:  ha quedado paralizado en algunas Autonomías desde el 31 de Diciembre de 2010 y en otras muchas está funcionando sensiblemente disminuido en su efectividad y algunas facetas – inicio de admisiones en los últimos cuatro meses de 2011, escasez evidente en el número de empresas admitidas, práctica suspensión del programa de seguimiento, entre otras – que, desafortunadamente, están dejando exangüe al Programa, mientras contemplamos otras acciones dentro de la Institución que se van promocionando sin traba con inversiones y apoyos desproporcionados en nuestra humilde opinión: quisiera romper una lanza por el relanzamiento  del PIPE porque he vivido su efectividad y pienso que es sobre ese tipo de Programas donde debería aplicarse la urgencia y la racionalidad, tanto en su revitalización como en su renovación, sin pausa, para el logro de una mayor eficacia para las Pymes.

Mantengamos la esperanza. Hemos de confiar en la gran capacidad demostrada por los Ministros correspondientes en sus ámbitos de actuación anterior. Igualmente demos un voto de confianza al Secretario e Estado, Jaime García-Legaz, magnífico gestor en sus previas actividades  y a la nueva Consejera Delegada del ICEX, Mª del Coriseo González-Izquierdo, gran conocedora de la Institución. Y, sin duda, en los numerosos excelentes profesionales funcionarios y contratados en Administraciones y Cámaras. Hace menos de un mes que el equipo de Gobierno se ha puesto a trabajar: esperemos y observemos.